Diario de Patrullaje 1: Fronteras Vulnerables
21:00
Ésta es la primera entrada del Diario de Patrullaje. He decidido llevar anotaciones de tiempo más detalladas durante los patrullajes nocturnos con el fin de encontrar huecos en las defensas del reino y fortificarlas. Además, creo que me será útil a la hora de delegar la labor de patrullaje nocturno a alguien más. De momento debo encargarme personalmente, pero pronto podré poner a alguien más a cargo; si es que consigo educar cuando menos un poco a Pantera…
En fin, debo hacer una ruta de patrullaje sencilla pero efectiva. La verdad es que ya tenía una diseñada, pero era para los gigantes y estaba pensada para usar su poco agraciada forma de locomoción bípeda y su gran estatura. Me hubiera gustado poder ponerlos a patrullar, pero al parecer hay tareas que no pueden cumplir. De noche no pueden patrullar pues al parecer están cansados después de haber pasado la mayor parte del día fuera del reino haciendo… algo. (Nota: averiguar qué hacen los gigantes cuando salen). Pero tampoco logré que patrullaran de día. Es posible que tengan algún sistema de alarma que desconozco, pero dudo que ese sea el caso dado el alto número de intrusos que hay en la Llanura y en el Valle. No hay un sólo día que pase sin que aves y roedores traspasen las fronteras, campando a sus anchas entre el pasto y las flores de la Llanura; o en el lago rectangular que está a mitad del Valle.
El caso es que ellos no pueden, y para poder dedicarme a otras tareas, debo lograr que Pantera patrulle, y para ello lo mejor será establecer una ronda de patrullaje sencilla.
22:00
Todo tranquilo. La noche ha transcurrido como de costumbre: los dos gigantes rellenaron nuestros platos y luego prepararon alimento para ellos en Ciudad Vianda (donde guardan y preparan alimentos). Consumieron su comida, sin embargo, en Ciudad Almohada (la de las cajas mullidas); comieron siguiendo rigurosamente su ritual de siempre: los platos sobre sus piernas, comiendo con extrañas garras artificiales de cuatro puntas, y viendo el artefacto brillante (una especie de caja rectangular muy delgada que se desdobla; uno de sus lados brilla con imágenes en movimiento y sonido). Pantera, por su parte, se dedicó a intentar robar el alimento de los gigantes, y a acechar un ratón falso que los gigantes nos regalaron.
Yo he avanzado en la planeación de la ronda de vigilancia. Hay tres puertas que salen de la parte interna del reino hacia las fronteras; una sale hacia la Llanura y dos hacia el Valle. Por desgracia no es posible salir por ellas, y tampoco se puede ver hacia afuera a través de ellas. Por suerte hay una gran cantidad de otras puertas: las que están selladas con agua sólida. La ruta de patrullaje incluye a todas las puertas de agua sólida (evitando las que son redundantes, por supuesto), y a las tres puertas normales.
He dado un rondín de prueba y parece ser una buena ruta, aunque había algunas cosas que estorbaban y me vi obligada a recolorcarlas. Algunas de las cosas simplemente las moví un poco, pero con la gran mayoría me vi obligada a tirarlas al suelo. Los gigantes, como siempre, se alteraron un poco por esto; aunque ya parecen estarse acostumbrando a mis redecoraciones, y se limitan a recoger los objetos en lugar de armar un escándalo.
Daré otra ronda ahora que la ruta está despejada.
22:30
He decidido que la ruta de patrullaje es funcional. Pantera me acompañó durante un rato, pero se aburrió rápidamente y fue a Ciudad Almohada para recostarse en las piernas de los gigantes, quienes siguen atentos al artefacto brillante.
No encontré huecos importantes que permitan acceso las ciudades, pero hay una valla de madera que delimita la Llanura, separándola del mundo exterior, por la que entran invasores constantemente. A través de mi punto de observación, desde una puerta de agua sólida, pude ver cómo entraba un perro pequeño usando un hueco entre las tablas. El sucio bárbaro derribó una de las flores portátiles, escarbó en su contenedor, y luego, en un acto que sólo puede considerarse como una declaración abierta de guerra, alzó una de sus patas traseras y marcó la pobre flor.
Me iba a limitar a cerrar la brecha en la frontera, pero esto requiere que actúe. El perro porta un collar, lo cual significa que pertenece a otro reino. He dibujado al bárbaro para no olvidar su rostro.
Creo que el primer paso será cerrar la brecha de la frontera. En ocasiones los gigantes salen a la Llanura y hacen llover, o se dedican a cambiar plantas portátiles de lugar; y en muchas de esas ocasiones me dejan salir a explorar con ellos. Durante la próxima exploración taparé la entrada. (Nota: hacer un diario de exploración).
23:00
Los gigantes se han retirado a Ciudad Gigante para dormir. Pantera fue con ellos y se acostó sobre uno, como siempre. Y, también como de costumbre, después de un rato se levantará para comer y jugar mientras yo sigo patrullando.
Todo tranquilo.
00:12
Hay ruidos en el Valle. Estoy en Ciudad Almohada, pero dejaré mi ronda normal para investigar.
00:13
Me encuentro en el punto de observación de Ciudad Vianda, desde donde puedo ver perfectamente el Valle. Todo parece tranquilo.
00:17
El intruso es astuto, me tomó varios minutos de paciente observación pero al final vi algo moverse en las sombras. Una figura robusta y cuadrúpeda se escabulló entre dos macizos de flores cerca del lago rectangular. No pude verlo bien pues mi visión nocturna se ve entorpecida debido a una luz artificial que los gigantes insisten en mantener apuntada hacia el Valle. Además, el intruso es ágil. Cada vez que se mueve, sólo puedo distinguir vagamente su silueta. Podría ser uno de los Reyes o Reinas Errantes que hay en los alrededores. O podría ser un Pícaro...
00:31
Definitivamente es un Pícaro.
Me moví a uno de los puntos de observación de Ciudad Almohada. Desde aquí también se observa el Valle, pero tengo mejor vista del basurero. Al sospechar que el invasor podría ser un Pícaro, me coloqué en este punto para observar mejor la basura. Después de un rato el intruso llegó al basurero y comenzó a investigarlo. Eso era confirmación más que suficiente, pues los Pícaros no pueden resistir investigar la basura. Sin embargo, también podría tratarse de un Rey o Reina Errantes; los Grandes Félidos saben que yo misma me vi obligada a buscar en basureros durante mis momentos más desesperados. De modo que observé un rato más hasta estar segura. Al final, después de saciar su hambre con la basura, el Pícaro se acercó al lago para tomar agua. Y ahí, a la luz artificial de los gigantes, pude ver su rostro enmascarado y su cola anillada.
Quería salir para ahuyentarlo, pero el agua líquida probó se infranqueable una vez más. Solté un maullido de frustración. Pantera llegó unos momentos después. Probablemente me oyó, pues llegó corriendo y preguntó qué pasaba. Antes de que pudiera explicarle, vio al Pícaro y le bufó. El intruso nos volteo a ver y después, con insultante despreocupación, se perdió en las sombras más allá del lago. (Nota: buscar una forma de mantener alejados a los Pícaros).
También dejaré un dibujo de este invasor.
01:00
Después del incidente con el Pícaro, Pantera me ha estado acompañando en las rondas de vigilancia. Parece estar a punto de perder el interés pues no hemos visto más intrusos, pero es alentador saber que le interesa defender el reino.
05:07
Todo tranquilo. Me gustaría seguir patrullando, pero es hora de entrenar minino-fu. Antes tenía que hacerlo sola, pero ahora que está Pantera puedo practicar las llaves y la persecución. Cuando Pantera llegó sólo sabía lo básico, pero ha estado aprendiendo rápido. Es más pequeña que yo y ya comienza a superarme; eso despierta en mi envidia, pero también orgullo.
En fin, es hora de entrenar. Debo reunirme con Pantera en Ciudad Gigante.
06:01
El entrenamiento terminó. Me gustaría que durara más, pero los gigantes siempre nos sacan de su ciudad después de una hora y cierran la puerta. El mejor lugar para practicar minino-fu es la cama de los gigantes, pero ellos se rehúsan a moverse y nos vemos obligadas a practicar sobre ellos. Esto, por supuesto, los molesta. Sin embargo, es su culpa, pues cada noche antes de entrenar intentamos despertarlos y enviarlos a Ciudad Almohada para poder usar su cama, pero siempre nos ignoran.
06:32
El sol está saliendo así que hasta aquí llega el primer diario de patrullaje. En resumen recibimos una declaración de guerra por parte de un perro de un reino vecino, un Pícaro robó nuestra basura, y Pantera mostró avances notables en su entrenamiento de minino-fu.
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