Las comodidades proporcionadas por los gigantes no tienen límites. Me dan un alimento seco en forma de guijarros que sabe bien y parece nutritivo, pero no es la gran cosa. También me dan una especie de pasta húmeda, ¡una verdadera delicia! Esta pasta viene en una gran variedad de exquisitos sabores y, debo confesar, muchas veces olvido las buenas manera a la hora de comerla. Por último, siempre tengo agua. Esta ha sido mi alimentación desde que conquisté Constitución #305, mi nuevo reino. Y no sólo la comida es variada y más que aceptable, además me la presentan en platos separados. Tengo un plato para el agua, otro para la comida seca y un último para la pasta húmeda. Es un detalle muy ordenado y pulcro por su parte, debo decir.
Sólo hay una cosa rara: uno de los platos (el de la pasta) está hecho para emular la cabeza de un felino. Al principio creí que era cosa de los gigantes, pero ellos no comen en platos con forma de cabeza de gigante. Me intriga el razonamiento tras el plato felino. ¿Creerán que es alguna forma de pleitesía?
Otra de las comodidades es la arena. Dispusieron para mi una caja llena de la arena más limpia y uniforme que he visto. Además, cuando termino de usarla la limpian a la perfección. Pero el colmo de la comodidad es el rollo de pliegues blancos. La caja de arena está colocada en el habitáculo donde llueve a voluntad de los gigantes; he decidido llamar Ciudad Lluvia a ese lugar. En fin, en uno de los muros de Ciudad Lluvia hay incrustado un dispositivo que provee suaves pliegues blancos. Deduzco que el rollo está hecho de algún tipo de planta procesada, pues huele como a flores.
Todos sabemos que después de ir a la hierba (en este caso la arena), le queda a uno tierra en las patitas. ¡Pues no más! Después de usar la caja uno puede ir directo al rollo de flores y frotar las garras en él hasta eliminar cada partícula de arena. ¡Es una maravilla! Y cuando un rollo se termina, los gigantes lo cambian a la brevedad. No parece gustarles esa tarea, pero la hacen de todas formas. De hecho, parecen particularmente molestos de cambiar el rollo después de haberlo usado yo. En fin, se que es muy poco decoroso hablar de este tipo de cosas, pero me pareció necesario mencionar las curiosas comodidades que han desarrollado los gigantes.
Además de todo lo anterior, también hay una gran cantidad de muebles para descansar. La variedad en alturas, superficies y formas es refrescante. Mis favoritos son suerte de mullidas cajas oblongas con respaldo. Estas cajas ocupan una esquina completa de uno de los habitáculos internos del reino, a los cuales, por cierto, he decidido catalogar como ciudades y darles nombre. Pero de eso hablaré más adelante. Como decía, las cajas mullidas ocupan una esquina de Ciudad Central. No sólo es muy cómodo recostarse en ellas, además puedo vigilar hasta otras tres ciudades desde esa posición. Y su cubierta, hecha con fibras de algún tipo, es perfecta para mantener el filo de las garras en su punto. Por desgracia los gigantes se alteran mucho cuando me encuentran afilando las garras en estas cajas. ¿Será difícil fabricar el recubrimiento? Desconozco la razón de su molestia, pero les afecta tanto que me fabricaron un cilindro recubierto con un material similar. El cilindro está empotrado sobre un círculo para mantenerlo erguido, y también es perfecto para afilar las garras. Y recientemente agregaron una pequeña cama ovalada sobre el cilindro para rascar.
Puede que los gigantes tengan manías extrañas sobre las cosas que fabrican, pero no olvidan su lugar y me proporcionan todo lo que necesito o deseo.
Bueno, es hora de afilar mis garras en el recién remodelado cilindro. Y creo que después probaré esa nueva cama.
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